Por una vez se cumplieron los pronósticos. Se acabó el fatalismo de la selección. Por una vez, el buen juego y el trabajo en equipo (salvando alguna excepción) fueron protagonistas y responsables del resultado. El míster, no era un señor gris ni bronco, más bien un buen hombre, sensato, modesto, trabajador y con las ideas claras. El juego sucio no dió resultados, a pesar de los árbitros y de algunos contrincantes...Y lo mejor de todo: el gol de Iniesta, que se lo merece después tantos problemas esta temporada y del buen juego con la roja. Y el beso de Iker...y la afición (por una vez, todos a una) y tantas cosas. ¡Qué mundial! Unos cracks estos chicos. Son geniales. ¡¡Gracias!! Sólo queda celebrarlo.
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